LinX CGM se basa en una tecnología avanzada que mide continuamente la glucosa en el líquido intersticial, en lugar de hacer mediciones puntuales e invasivas en sangre. Esta mejora resulta en una experiencia más cómoda, segura y con datos extensos para el usuario y su médico.
El sensor es un dispositivo miniaturizado que se implanta debajo de la piel, midiendo las fluctuaciones de glucosa a través de reacciones electroquímicas. Los valores se actualizan cada minuto y se transmiten mediante Bluetooth a una app móvil optimizada para Android e iOS.
Para mantener una conexión robusta y constante, el teléfono debe estar cerca, dentro de un rango de aproximadamente 2 metros. La aplicación interpreta los datos recibidos, mostrando gráficos de tendencias, niveles actuales y predicciones para alertar al usuario sobre posibles episodios críticos.
El sensor está fabricado con materiales que minimizan irritaciones y alergias, además de ser resistente al agua con certificación IP68, lo que permite soportar inmersiones hasta 1 metro por 2 horas, ideal para duchas y deportes acuáticos.
A nivel de software, LinX CGM utiliza sofisticados algoritmos para detectar patrones de hipoglucemia e hiperglucemia, mejorando la intervención temprana y optimizando la gestión del tratamiento. Además, la app se actualiza continuamente para incorporar mejoras y nuevas funcionalidades basadas en la retroalimentación de usuarios.
Esta combinación de hardware y software coloca a LinX CGM como un referente tecnológico enfocado en facilitar el control sanitario y la calidad de vida para quienes viven con diabetes.